jueves, 10 de enero de 2013

Estirpe

El estruendo era ensordecedor y la fuerza del agua quería hundirle y eso le hacía sentirse más vivo que nunca. No era una cascada muy alta, nada especial, pero una vez debajo uno podía entender toda esa fuerza que se va comiendo montañas.

No era muy común que el animal de poder de uno fuera un salmón.

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