De nuevo iba a escribir aquí por escribir. Empecé un ejercicio de escritura y lo acabo de borrar. No quiero escribir ejercicios sino la novela. Este blog no ha de ser un lastre, no. Tengo cosas que decir y no son estas.
Me pongo con Yenom.
De nuevo iba a escribir aquí por escribir. Empecé un ejercicio de escritura y lo acabo de borrar. No quiero escribir ejercicios sino la novela. Este blog no ha de ser un lastre, no. Tengo cosas que decir y no son estas.
Me pongo con Yenom.
Hoy he empezado a realizar ejercicios de escritura. Escribir por escribir. Metaescritura. Coger soltura con las herramientas sin preocuparme de qué o cómo lo digo, que es mi problema. Desmitificar el acto en sí.
Como ya he planteado, he tomado la decisión de escribir ya, sí o sí, la novela que tengo tantos años atascada en las cuerdas vocales de mis dedos. Rectifico: no he tomado la decisión sino que actúo. A la mierda la denigración consentida de unas prácticas no-laborales que sólo me llevan a no vivir la vida como la sueño; a tomar por culo los miedos que me acompañan desde que entendí que, o bien pertenezco a un colectivo del que no formo parte, o bien acepto mi anormalidad.
Me siento bien conmigo mismo; me he dado cuenta de que comparto cuerpo y alma con un tío de puta madre que me aporta todo lo que siempre he buscado en un amigo. No siento vergüenza por ser quien soy. Ya no. Nunca más.