jueves, 3 de julio de 2014

Anormal

Hoy he empezado a realizar ejercicios de escritura. Escribir por escribir. Metaescritura. Coger soltura con las herramientas sin preocuparme de qué o cómo lo digo, que es mi problema. Desmitificar el acto en sí.

Como ya he planteado, he tomado la decisión de escribir ya, sí o sí, la novela que tengo tantos años atascada en las cuerdas vocales de mis dedos. Rectifico: no he tomado la decisión sino que actúo. A la mierda la denigración consentida de unas prácticas no-laborales que sólo me llevan a no vivir la vida como la sueño; a tomar por culo los miedos que me acompañan desde que entendí que, o bien pertenezco a un colectivo del que no formo parte, o bien acepto mi anormalidad.

Me siento bien conmigo mismo; me he dado cuenta de que comparto cuerpo y alma con un tío de puta madre que me aporta todo lo que siempre he buscado en un amigo. No siento vergüenza por ser quien soy. Ya no. Nunca más.

No hay comentarios :

Publicar un comentario