lunes, 29 de abril de 2013

Frío

Llovía. Más de lo que cabría esperar. Más de lo que había tenido en cuenta. Sentado a la entrada de la gruta, todo lo que veía del mundo no era más que la silueta gris oscura de las montañas recortando un cielo gris algo menos oscuro que se escondía tras un muro de agua y estruendoso silencio. Hacía tres o cuatro días que había dejado de sentir hambre y ahora sólo le preocupaba el frío que le atería. Sus ropas ya no sabían lo que era estar secas y la mugre de semanas de viaje había convertido la lana en una gruesa tela de desbastar su piel.

Cuando la noche venció a la mortecina luz se tumbó hecho un ovillo en el fondo de la cueva. Se imaginó dormido junto a una hoguera, tumbado sobre la hierba una tarde de verano, repatingado en el banco de una posada junto al hogar, con la tercera o cuarta jarra de vino caliente especiado caldeando su tripa.

Si no despertaba mañana, moriría feliz.

domingo, 28 de abril de 2013

Inflexión

Muchas noches llega el sueño pensando que todo cambiará al día siguiente, que por fin se comenzará a vivir. Y el día siguiente amanece siendo uno más.

En otras ocasiones el amanecer trae verdaderamente un cambio.

sábado, 27 de abril de 2013

Inutilidad

Una noche más haciendo guardia para nada. La oscuridad seguiría siendo oscura hasta el alba, los autillos hablarían hasta entonces y los ratones corretearían hasta su ratonera o hasta las tripas de algún depredador. Lo único que sucedía era que la luna cada noche se movía un poquito más que el día anterior, como disimulando, hasta desaparecer por dos o tres días antes de volver tímidamente. Y las nubes, claro. Las nubes eran los habitantes cotidianos del cielo, impredecibles hasta cierto punto y con un humor tan veleidoso como el de los hombres.

Desde las sombras, una noche más los demonios no se atrevían a salir: había un hombre de guardia.

Limbo

Oiron no veía nada. No oía nada. No sentía nada. Su mente y él, las únicas realidades. Quería creer que flotaba en algún sitio al margen del mundo, al margen del tiempo. Pero su cuerpo estaría en algún lugar, quemándose bajo un sol abrasador, cortado por las garras de la nieve, ahogándose en un río, mordisqueado por ratas o desgarrado por perros asilvestrados.

Nada podría ser más horrible.

Y, sin embargo, cuando aparecieron las voces, todo fue a peor.

jueves, 25 de abril de 2013

Creeping life

Drahg-Mohrddak arrastraba los pies por el fango de la ciénaga. En los pocos claros por los que se colaba la luz de las lunas cientos de ranas croaban en hermosas cacofonías que hablaban de otra época. Cientos de estaciones se habían sucedido a lo largo de su vida pero no era eso lo que le hacía sentirse anciano. Sus manos sujetaban con fuerza la tela con la que llevaba sobre su espalda el pedazo de roca estelar que según la tradición había traído la vida al mundo.

Incontables estaciones habían pasado desde la primera aurora de los Tar-Gornak, cuando el mundo era un paraíso de tierra bajo agua, de sombras y luces entretejiéndose en los manglares. Pastores de peces, músicos, chamanes, alfareros. Nunca guerreros.

Y la historia y los secretos de La Vida habían pasado de susurro en susurro entre generaciones hasta que un nuevo ser, blando, peludo, frágil, salió de las tierras secas del interior y comenzó a romperlo todo en busca de algo que no existía.

El aire olía a mar, a algas sobre la arena y espuma de sal. Los árboles clarearon y dieron paso al sonido de las olas y un cielo infinito desde el que las lunas dejaban caer su luz al mar.

Washed away

Otro día que Oiron se levantaba para nada. Para trabajar para pagarse las jarras de la noche con las que olvidarse de que estaba vivo. El sol le calentaba pero era su enemigo. Le picaba la cabeza, le escocía el sudor en las ingles y las axilas y los perros aullaban cuando le olían. Y su boca seguramente apestaba a tumba. Pero su tío le señalaba con el dedo extendido dónde tenía que pasar el día arando, sembrando o recolectado y no cruzaban palabra hasta que le daba las gracias cuando recibía el salario del día.

Estaba hasta los cojones de esa mierda de vida pero no sabía si quería otra. ¿Para qué? Siempre sería un mierda. El sol estaba ya demasiado alto y su tío estaría esperando con las mandíbulas apretadas a que llegara. Pero necesitaba darse un baño y quitarse algo de olor del cuerpo y de la ropa. Una jornada de trabajo bajo el sol consigo mismo sería insoportable.

El camino marcado por las roderas de los carros loma abajo le llevó al pequeño embarcadero de madera que hacía las veces de puerto comercial del pueblo. No era más que una plataforma de maderos de pino sin desbastar ni curtir que se adentraba desde la playa de piedras hacia el centro del río. Y era lo único que valía la pena cuando estaba sobrio. El ruido del agua y de las hojas de los árboles se comía la pena que no quería quitarse de encima y nadar y tumbarse sobre la grava bajo el sol era como estar feliz.

Se descalzó dando un par de patadas al aire y se metió tal cual en el río. Cuando le llegó el agua a la cintura se detuvo, cerró los ojos y aflojó la vejiga. Se dejó caer de espaldas con los brazos en cruz.

Bajo el agua siempre pensaba más de la cuenta y el pasado se hacía presente. Y dolía. Cerró los puños, se puso en pie y le arreó una ostia al agua. Echó a andar hacia la orilla donde el perrillo blanco le esperaba tumbado moviendo el rabo junto a sus zapatos.

martes, 23 de abril de 2013

O

No tenía mucho sentido seguir haciendo lo mismo, día tras día, mes tras mes, año tras año. No era para volverse loco, o quizá era una locura crónica, de muy baja intensidad y que se alargaba en el tiempo. Pero de lo que estaba convencido es de que no tenía sentido seguir haciéndolo. O dejar de hacerlo, claro. ¿Cambiaría las cosas dejar de repetir su rutina? No lo creía. O cambiaría para mal; ¿qué haría si no?

Al final decidió no hacer nada. O no decidió hacer algo. Qué más daba.

lunes, 22 de abril de 2013

Hasta el final

La muerte resultó no ser el final de sus problemas sino el comienzo de una eternidad pensando en ellos.

sábado, 20 de abril de 2013

Un destello de Yenom (I)

El cachorro se acercó a husmear aquel montón de ropa y carne que olía a pis y vómito. Tenía hambre y miedo pero le podía curiosidad y olisqueó al humano que dormía de medio lado haciendo ruido. Olía muy fuerte, algo dulzón. Le gustaba. Lamió el charco que había donde su cabeza pero sabía a algo que no le gustaba y pasó a lamerle la boca y la cara al humano.

Oiron se despertó de nuevo. El sol pegaba fuerte y tenía calor y algo le lamía la cara y olía a vómito y meados recalentados por el sol. Apartó con ambos brazos a lo que fuera que le estaba lamiendo la cara y se medio incorporó apoyando ambas manos en el suelo hasta quedarse sentado. Joder, le iba a explotar la cabeza.

Se armó de valor y entornó los ojos para ver un cachorro blanco con un ojo marrón y otro azul claro que le miraba con la lengua fuera y moviendo el rabo recortado a toda velocidad.

Yenom / Fénix

Oiron se despertó, trató de abrir los ojos y vomitó. Tosió vómito y tropezones por la nariz y la boca y logró ladearse para echarlo fuera. El dolor que sentía tras los ojos, por toda la cabeza, era como un grito sin fin cuyos ecos desgarraban la poca cordura que sabía que en algún lado tenía.

Trató de volver a dormir pero era imposible. Lo único que podía sentir además de dolor era el zumbido de la sangre en sus oídos con cada latido. Al menos había tenido la cabeza la noche anterior para dejarse caer en un callejón, a salvo de los soles gemelos que caldeaban las mañanas de principios de verano.

---

En algún otro lugar de mi mente los últimos supervivientes de una civilización se sacrificaban para forjar a Némesis hecha acero.

··oOo··

Demasiado tiempo. Suficiente tiempo.

La fruta madura ha caído del árbol.

viernes, 19 de abril de 2013

Cagada

Siempre había fantaseado con qué chorrada diría cuando, a punto de ser ejecutado, le preguntaran por su último deseo y, con gran ingenio, se le ocurriría alguna genialidad que le salvara la vida. Algo así como "tomarme la penúltima con los amigos", "morir de viejo", "ver nacer a mi nieto", "que no me maten", etc. Algunas eran graciosas y otras auténticas gilipolleces, pero le gustaban de todos modos.

Ahora no es que estuviera con los ojos vendados en el paredón pero la directora y su tutor soltaban sapos y culebras y se estaba cagando de miedo. Y no se le ocurría qué decir a tanta insistencia por saber si era gilipollas o se había caído del tobogán cuando era pequeño o cosas que ya ni escuchaba.

Durante el cuarto día de expulsión, mientras estaba cagando en su casa, llegó a la conclusión de que el mundo estaba así de mal porque no se valoraba el ingenio ni el sentido del humor.

jueves, 18 de abril de 2013

Humano

El hambre de conocimiento le impedía degustar los humildes frutos que el día a día le ofrecía.

Teotimia

Se sentía triste en medio de tanta felicidad. Todo iba bien, el resto de los dioses se había puesto de su lado y no era otra que su voluntad la que imperaba en la teópolis. Pero algo de sus orígenes humanos zumbaba incesante en lo más profundo de su cerebro, allí donde anidan los anhelos hasta su madurez.

Años de luchas contra otros hombres y contra los mismos dioses habían erosionado su personalidad hasta convertirla en puro acto de divinidad. Y durante eones el hombre que una vez fue había muerto, olvidado en una oscura leyenda que pasaba de boca en boca.

Pero no; no todo lo humano había desaparecido, y ahora resurgía con toda su grandiosidad. Ya no era feliz por lo que tenía sino infeliz por cuanto los demás dioses disfrutaban.

martes, 16 de abril de 2013

Ocaso

El viejo miraba al mar con los ojos fijos en el pasado, en un futuro que nunca fue. Leyendas y libros que hablaban de pescadores que se hacían a la mar para dejar mujeres con añoranza y recuerdos indelebles. Y eso los hacía inmortales.

Pero él, un anciano viudo y sin hijos, toda una vida pescando y sobreviviendo. No le quedaba nada en el mundo, ni fuerzas para meter el bote en el agua y zarpar por última vez hacia la nada que era algo.

lunes, 15 de abril de 2013

Last Time

The Last Time by Paradise Lost on Grooveshark


La vida se le escapaba de las manos como la arena mojada.

Cerró el puño. Y los ojos de Muerte mostraron sorpresa.

domingo, 14 de abril de 2013

Soldado

Sólo había algo a lo que temía más que una emboscada enemiga: a sus gobernantes. Uno te mataba; el otro te hacía morir.

sábado, 13 de abril de 2013

Olor a muerte

Una vez más los gases le impedían dormir.

No los suyos.

No los de sus compañeros.

Los de las cámaras donde algún día morirían.

viernes, 12 de abril de 2013

Infierno

Le quedaba muy poco para llegar al infierno, se lo decía cada nervio de su cuerpo, cada neurona de su cerebro. Una sensación de desasosiego que crecía según caía su alma incorpórea hacía un destino incierto pero seguro.

Y finalmente llegó y sintió un calor casi abrasador por todo el cuerpo salvo por su espalda que reposaba en algo fresco y mullido. Las voces infantiles le obligaron a abrir los ojos. Estaba en un parque rodeado de gente desnuda que reía alegre y despreocupada. Parejas, tríos, grupos de adultos de ambos sexos se amaban a la sombra de los árboles, sobre la hierba y bajo el sol, en el agua. Se incorporó y se observo desnudo, pálido y fofo.

Lo que serían varios días después, demacrado, trataba de esconderse entre los arbustos, tapándose las vergüenzas con las manos y rezando a Dios que se lo llevara de allí. Siempre era de día y la gente se divertía y reía sin cesar, se amaban unos a otros, no había hambre ni vergüenza ni necesidades de ningún tipo. No existía el miedo. No existía el pecado.

Y el que fuera arzobispo en vida enloqueció de terror.

jueves, 11 de abril de 2013

Frío

Llevaba ya dadas un par de vueltas dadas a la manzana y el frío de la noche se le metía en los huesos hasta hacerle tiritar. Vale que había salido para enfriar un poco sus ánimos pero mantener las formas y no arrepentirse de sus actos le estaba costando un cojón. Arriba, una luna llena jugaba al escondite entre las nubes sin mucho éxito y en casi todas las casas asomaba por las ventanas el parpadeo de la tele.

Y el imbécil de su novio viendo el partido mientras él había tenido un día muy jodido y necesitaba un poco de cariño, de hablar, de vida en común. No un "¡¡¡TCHHHH!!!" sin siquiera vocales. Nada, el brazo estirado enchufando el mando a la tele para subir el volumen, como si así se viera mejor el partido.

A la mierda. Dio una vuelta más a la manzana, le pegó un mordisco, cerro la ventana y se metió en la cama a leer.

miércoles, 10 de abril de 2013

Penes que acechan en la noche

Soñaba con infinidad de penes que se empujaban entre ellos para llegar a él, a sus manos, y se despertaba sudoroso en mitad de la noche. Se sentó en un borde de la cama y se echó las manos a la cara. Después se giró y miró a su novia respirando lentamente mientras dormía. No podía aguantar más, los penes habían invadido su vida, se habían apoderado de ella. Y no se sentía capaz de seguir aguantando esa mentira.

Se inclinó sobre su novia y, con mucho cariño, la despertó para decírselo.

Diez minutos después dormían abrazados. No se había tomado tan mal que no le hubiera dicho que había suspendido el examen de urología.

Ups...

Después de haber aniquilado a la humanidad Dios se dio cuenta de que, sin el hombre, no existía.

martes, 9 de abril de 2013

Arrojo

Cuando por fin supo cómo quería vivir yacía en su lecho de muerte.

domingo, 7 de abril de 2013

Ética para idiotas

El magnicidio se supone heroico y justificado según qué casos. Y, a menudo, el homicida es ejecutado poco después y pasa a la historia como un héroe para algunos y un villano para muchos.

Yo, profesor de ética de un instituto, iba a matar al tirano de nuestro primer ministro. Pero lo peor que podía suceder sucedió. Se suicidó. Y ya no sé explicar a mis alumnos si el cabrón fue un héroe por matarse.

jueves, 4 de abril de 2013

Flash

La última imagen que entró en su cerebro como un cuadro hiperrealista fue un escarabajo pelotero empujando su estiércol por la arena de la playa.

Después murió al instante reventado contra el suelo tras más de dos mil metros de caída libre.

Soluciones

A veces la mejor solución era apagar la luz e irse. Otras requerían aislarse del entorno y de uno mismo y dejarse caer en la espiral del problema. En ocasiones requerir la ayuda de terceros era lo idóneo.

Hoy cogió el problema y lo tiró por la ventana.

miércoles, 3 de abril de 2013

Un trabajo bien hecho

Era horrible pero la rabia le había cegado y ahora la nieve se había teñido de rojo. La rueda de la moto seguía girando con el motor al ralentí y la cabeza destrozada del afilador regurgitaba sangre sin parar. El matrimonio de ancianos de enfrente seguramente estaría con la televisión a todo trapo y no habrían visto nada. Sentía angustia y ganas de vomitar por lo truculento de sus actos.

Una media hora después la moto chillaba en garaje y la sangre de la calle, oculta por una fina capa de nieve que había echado con las botas, sería seguramente comida por las alimañas durante la noche.

Se sentía muchísimo mejor. Había hecho un trabajo impecable: el cuerpo del afilador yacía metódicamente descuartizado en la bañera, perfectamente desmembrado y trinchado como un cerdo en el mejor asador. Se le había pasado el cabreo: sus cuchillos ahora sí que habían quedado estupendamente, y no medio embotados como los había dejado el afilador. Menudo cabreo había cogido.

lunes, 1 de abril de 2013

San Jerónimo y sus traducciones

De muchos es conocida la errónea traducción bíblica "Es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que el que un rico entre en el Reino de los Cielos". Se cree que se tradujo erróneamente el término Kamelos por "camello" cuando debía significar algo parecido a "soga de amarre". Esta teoría acaba con el significado absurdo e incoherente de dicha afirmación y facilita la predisposición a creer lo que afirman las Sagradas Escrituras.

Lo mismo sucedería de aceptarse la menos conocida teoría de que se tradujo incorrectamente la afirmación de que Dios "descansó" al séptimo día cuando una traducción más acorde a los tiempos actuales sería que Dios "se dio cuenta de que la había liado parda".