viernes, 20 de junio de 2014

Si lloraré el día de tu muerte...

Muchas veces me has preguntado si lloraré el día de tu muerte. Ninguna te he contestado.

Podría haberte mentido y decirte  pero habrías sabido que no te era sincera. Y una mentira hecha carne mata más que una verdad tácita. No, no te lloraré el día de tu muerte pero no por no haberte querido, pues nadie te ha amado tanto. Todos estos años te he acompañado, en lo bueno y en lo malo; en lo indiferente. Nadie te ha escuchado como yo; nadie te ha arrojado las verdades a la cara como yo lo he hecho. Unas veces me has escuchado, otras te has pasado mi consejo por tus cojones sudorosos. Pero nunca, nunca, nunca te he abandonado. Por muy jodida que me hayas dejado.

Ahora tienes miedo. Miedo de ti, de tu amarga soledad tan trabajosamente conquistada. Has sido un auténtico cabrón, zorreando personas y sueños, ignorando mis súplicas. Y en tus momentos más bajos, cuando no tenías nadie más, ahí estaba yo. No, no te lloraré. Me iré y nunca nadie más sabrá de mí. Pero ahora levántate; deja de llorar como un niño malcriado, asume tu culpa y levántate. No eres mierda, ¿sabes? Te conozco y eres bueno. Pero créetelo y actúa como tal. Levántate y apóyate en mi hombro.

Otras veces sacas lo mejor de ti en situaciones inesperadas y me quedo sin palabras y te abrazo y te digo la persona tan impresionante que eres. Y me miras y sonríes y te miro y te amo. Y aún así, no te lloraré. Porque me iré. Me iré contigo de este mundo y nadie se acordará de mí cuando se acuerde de ti. Porque soy la voz que siempre ha estado contigo, hasta el final. Porque soy tu conciencia.

No hay comentarios :

Publicar un comentario