viernes, 13 de junio de 2014

Devoradores de libros

La luz que entraba por los ventanales de la biblioteca mostraba montones de libros arrojados entre las estanterías de viejas maderas nobles. Una figura acuclillada hojeaba encorvada un volumen. Un rato después lo tiró al montón más cercano y cogió otro libro.

Durante lo que consideró más o menos una hora estuvo observando a la extraña figura. Doce o trece libros siguieron la suerte del primero. Un espécimen de Devorador de libros. El primero que observaba vivo. Inició el acercamiento: pasos lentos, las manos con las palmas hacia arriba, la mirada huidiza pero insistente... Logró establecer un nexo mental fuerte e inció la comunicación.

Antes de sacrificarla de un disparo (destrozaban todo tipo de bibliotecas y, en las más luminosas, se reproducían) le arrancó una inquietante explicación:

Sólo buscaban la sabiduría que se escondía en los libros.

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