jueves, 12 de junio de 2014

Blanco y azul

Aquel viejo botón blanco y azul era el único objeto que tenía de aquel padre que nunca consiguió recordar. Casi siempre lo llevaba en un bolsillo del pantalón o en la mano o en la mano dentro del bolsillo.

La víspera de nochebuena atravesó el parque a eso de las once y media de la noche. Nunca lo hacía pero el último autobús no esperaría. Aunque iluminado, el parque era un lugar no ya tétrico, sino peligroso. Llegó al lago y comenzó a bordearlo en sentido contrario a las agujas del reloj. De la sombra azabache del quiosco salieron tres figuras que le rodearon.

Brilló la luna en el acero y la sangre negra se la bebió la arena.

Dos sombras se alejaron como nubes en una noche cerrada, repartidos los despojos. El tercero, miraba en su palma abierta el viejo botón blanco y azul, idéntico al que le faltaba a la chaqueta que llevaba.

No hay comentarios :

Publicar un comentario