Se encontraba sumergido y completamente a oscuras. Un ruido sordo, constante, retumbaba en sus oídos, en todo su cuerpo. Y notaba la presencia de alguien.
Y, sin embargo, no sentía miedo ni angustia. Al contrario, jamás se había sentido tan seguro.
Y así seguiría siendo hasta su nacimiento.
No hay comentarios :
Publicar un comentario