sábado, 20 de abril de 2013

Yenom / Fénix

Oiron se despertó, trató de abrir los ojos y vomitó. Tosió vómito y tropezones por la nariz y la boca y logró ladearse para echarlo fuera. El dolor que sentía tras los ojos, por toda la cabeza, era como un grito sin fin cuyos ecos desgarraban la poca cordura que sabía que en algún lado tenía.

Trató de volver a dormir pero era imposible. Lo único que podía sentir además de dolor era el zumbido de la sangre en sus oídos con cada latido. Al menos había tenido la cabeza la noche anterior para dejarse caer en un callejón, a salvo de los soles gemelos que caldeaban las mañanas de principios de verano.

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En algún otro lugar de mi mente los últimos supervivientes de una civilización se sacrificaban para forjar a Némesis hecha acero.

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Demasiado tiempo. Suficiente tiempo.

La fruta madura ha caído del árbol.

1 comentario :

  1. Te juro que me acabo de poner a llorar de la emoción. Claro que ha sido demasiado tiempo, pero ya da igual :______)

    Te quiero.

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