sábado, 20 de abril de 2013

Un destello de Yenom (I)

El cachorro se acercó a husmear aquel montón de ropa y carne que olía a pis y vómito. Tenía hambre y miedo pero le podía curiosidad y olisqueó al humano que dormía de medio lado haciendo ruido. Olía muy fuerte, algo dulzón. Le gustaba. Lamió el charco que había donde su cabeza pero sabía a algo que no le gustaba y pasó a lamerle la boca y la cara al humano.

Oiron se despertó de nuevo. El sol pegaba fuerte y tenía calor y algo le lamía la cara y olía a vómito y meados recalentados por el sol. Apartó con ambos brazos a lo que fuera que le estaba lamiendo la cara y se medio incorporó apoyando ambas manos en el suelo hasta quedarse sentado. Joder, le iba a explotar la cabeza.

Se armó de valor y entornó los ojos para ver un cachorro blanco con un ojo marrón y otro azul claro que le miraba con la lengua fuera y moviendo el rabo recortado a toda velocidad.

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