miércoles, 10 de abril de 2013

Penes que acechan en la noche

Soñaba con infinidad de penes que se empujaban entre ellos para llegar a él, a sus manos, y se despertaba sudoroso en mitad de la noche. Se sentó en un borde de la cama y se echó las manos a la cara. Después se giró y miró a su novia respirando lentamente mientras dormía. No podía aguantar más, los penes habían invadido su vida, se habían apoderado de ella. Y no se sentía capaz de seguir aguantando esa mentira.

Se inclinó sobre su novia y, con mucho cariño, la despertó para decírselo.

Diez minutos después dormían abrazados. No se había tomado tan mal que no le hubiera dicho que había suspendido el examen de urología.

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