miércoles, 6 de marzo de 2013

¿Persistencia?

Cada atardecer plantaba nuevas semillas en una tierra que se prometía fértil. La noche las helaba, las alimañas se las comían. Nunca llovía.

Cada mañana la tierra aparecía revuelta y yerma.

Y los cadáveres amojamados de los responsables de la colonia se pudrían un poquito más bajo el diminuto sol que colgaba del cielo.

Los meses se sucedían y lo seguirían haciendo hasta que el robot agricultor de la base marciana agotase sus baterías.

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